jueves, 4 de septiembre de 2008

Agredidos por grupos de poder, transnacionales

Nosotros somos la Iglesia, todos los bautizados...por lo que debemos sentirnos también agredidos como lo dice muy bien Guzmán Carriquiry.

Guzmán Carriquiry: "La tradición católica es agredida sistemáticamente"

BUENOS AIRES, jueves, 4 septiembre 2008 (ZENIT.org).- El subsecretario del Pontificio Consejo para los Laicos, Guzmán Carriquiry, considera que la Misión Continental lanzada por los obispos latinoamericanos es "un desafío muy grande" para revitalizar la fe en un continente".

De hecho, según advirtió, la tradición católica "está siendo agredida sistemáticamente por grupos de poder, transnacionales, que perciben esa tradición como una especie de anomalía que hay que combatir". Uno de los laicos con mayores cargos de responsabilidad en la Santa Sede sostuvo, en declaraciones a la agencia católica argentina AICA, que esa cultura "cada vez más hostil a la tradición católica" se hace evidente en proyectos legislativos que "atacan valores humanos cruciales que nacieron de esa tradición, al no respetar dimensiones fundamentales de la naturaleza o ley natural".

Se refirió puntualmente a "la liberación del aborto, las manipulaciones genéticas salvajes, y las tendencias eugenésicas y eutanásicas, que buscan imponerse en el mundo".
Para poner freno a este proceso "alarmante" en el continente y en el mundo, Carriquiry consideró que es necesaria una presencia "mucho más audaz, coherente y competente" de los laicos en los ambientes sociales, políticos y legislativos.
Las democracias amenazadas
El laico uruguayo calificó de "importante" el proceso de democratización de América Latina, pero alertó que "están siendo amenazados por tendencias autoritarias y autocráticas fuertes", aunque sin dar ejemplos.
"La región está viviendo un proceso de transición democrática imperfecto y muy amenazado", subrayó en diálogo con esta agencia.
Libertad en comunión
El laico uruguayo reveló que ejerce su labor en el Vaticano "con libertad pero en comunión", y afirmó que "siempre" fue respetado por obispos y cardenales curiales, a pesar de que proviene de un país, al que él mismo definió como "secularizado y con marcado agnosticismo".
Carriquiry fue invitado al país por la Universidad Fasta, de Mar del Plata, que lo distinguió con el doctorado honoris causa, y también pasó unos días de descanso en Salta y Jujuy.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Fe y Política

Fe y política, mejor juntas

Entrevista con monseñor Charles Chaput, arzobispo de Denver

DENVER, Colorado, domingo, 31 agosto 2008 (ZENIT.org).- No sólo la religión tiene espacio en la plaza pública, sino que una democracia necesita las aportaciones de la moral y de las convicciones religiosas para seguir siendo sana y fuerte, afirma el arzobispo de Denver.

Sacar la religión del juego, añade monseñor Charles Chaput, autor del libro recién publicado "Render Unto Caesar: Serving the Nation by Living Our Catholic Beliefs in Political Life" (Dar al César: Servir a la Nación viviendo nuestras Creencias Católicas en la Vida Pública), es la forma más rápida de destruir una democracia.

En esta entrevista con ZENIT, monseñor Chaput habla sobre las ideas planteadas en su libro sobre los católicos y la política, y comenta lo que cree que son los temas importantes para los votantes estadounidenses en las elecciones presidenciales de este noviembre.

--El catolicismo en la vida pública de Estados Unidos ha tenido un largo y complicado viaje, y usted afirma que los católicos tienen mucho que ofrecer al proceso político, pero que con demasiada frecuencia mantienen sus creencias y convicciones separadas de su actividad política. ¿Por qué es así?

--Monseñor: Chaput: Los católicos han sido siempre una minoría en Estados Unidos, y siempre ha sido real en este país el prejuicio contra los católicos, incluso antes de su fundación. Algunas discriminaciones han sido indirectas y corteses. Sólo en ocasiones ha tomado formas más vulgares de discriminación económica y política, y fanatismo mediático. De cualquier forma, el prejuicio siempre alimenta el apetito de una minoría de ser aceptada, lograr ser asimilada, y los católicos norteamericanos hacen esto extraordinariamente bien - de hecho, demasiado bien.

Bajo la excusa de ser buenos ciudadanos, a muchos católicos se les ha vendido la muy errónea idea de la "separación de la Iglesia y el estado". Los católicos norteamericanos siempre han apoyado el principio de mantener la autoridad religiosa y civil por separado.

Nadie quiere una teocracia, y muchos de los medios que han estado tirando del espectro del "fundamentalismo cristiano" es sólo una táctica de miedo especialmente ofensiva. La Iglesia no presume de dirigir el estado. Tampoco queremos que el estado interfiera en nuestras creencias y prácticas religiosas - que, sinceramente, es un problema hoy mucho mayor.

Separar la Iglesia y el estado no significa separar temas de fe y temas políticos. El verdadero pluralismo requiere un sano conflicto de ideas. De hecho, la mejor forma de acabar con la democracia es que la gente separe sus convicciones religiosas y morales de su toma de decisiones política. Si la gente cree de verdad en algo, actuarán siempre sobre ello como materia de conciencia. De otra forma sólo se están mintiendo a sí mismos. Por ello la idea de forzar a la religión a salir de los debates de política pública no es sólo poco inteligente, es antidemocrática.

--Un capítulo del libro se dedica a santo Tomás Moro. En el mismo capítulo menciona a John F. Kennedy, el primer presidente católico de Estados Unidos. ¿Cuál es la diferencia fundamental entre estos dos líderes políticos católicos?

--Monseñor: Chaput: Como digo en el libro, debemos ser cuidadosos a la hora de dibujar una paralelismo excesivamente cercano entre la situación de Moro y los problemas a los que hacen frente los funcionarios públicos norteamericanos. Pero Moro y su amigo John Fisher permanecen tan vivos en nuestras memorias por una razón. Conservaron su integridad a cualquier coste, incluidas sus vidas. Pusieron a Dios antes que al César.

En cuanto a Kennedy es necesario recordar el contexto de su campaña de 1960. Kennedy tenía mucho talento y coraje, pero también tenía que superar 200 años de suspicacia protestante inculcada.

Desgraciadamente, apoyando estos temores protestantes, creó un nuevo y muy dañado modelo católico de separación del servicio público de la convicción privada. Actuaba con buena voluntad, y por supuesto no podía ver el futuro - pero hizo mucho daño. Durante los últimos 40 años, su ejemplo ha guiado a cada funcionario público católico, que "personalmente se opone" a cierto mal grave, pero que no quiere hacer nada al respecto. Todavía estamos sufriendo los efectos.

--También observa que la nueva cultura de los medios ha creado un ambiente para el debate público en el que el "mercado serio de ideas" es reemplazado por los eslóganes. ¿Cómo pueden actuar en este ambiente los políticos católicos?

--Monseñor: Chaput: No hay una respuesta fácil a esto. Los católicos norteamericanos necesitan tener una actitud mucho más crítica hacia los medios de comunicación, incluyendo la industria informativa. En el periodismo, por ejemplo, trabajan muchas personas buenas. Pero la imagen de la realidad informada por los medios de noticias siempre está coloreada por al menos tres cosas: la tecnología del medio, la necesidad de obtener beneficio y el sesgo de la organización.

Lo que vemos y oímos sobre información política suele ser una versión sesgada de los hechos. Los ciudadanos individuales necesitan estar alerta sobre cómo los medios agudizan los apetitos públicos y moldean nuestras opiniones. Y los políticos católicos necesitan aprender cómo usar los medios - de forma honesta, por supuesto - y cómo no ser utilizados por ellos.

--¿Espera que su libro, publicado meses antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, tenga de alguna forma impacto en el proceso electoral?

--Monseñor: Chaput: Terminé el texto en julio del año pasado y lo estuve revisando hasta noviembre. Quería que el libro apareciera en marzo de este año para que hubiera espacio entre él y el periodo de campaña. Pero el editor tomó esas decisiones.

No es mi intención, ni en el libro ni en cualquier otro medio, decir a la gente cómo votar. No endoso candidatos, no uso un código de lenguaje para lograr que a la gente le guste o le disguste un partido político. Esa no es la labor de un pastor.

La gente necesita votar en conciencia. Pero la "conciencia" no aparece milagrosamente de la nada; no es un tema de opinión personal o preferencia privada. La conciencia siempre se basa en una verdad mayor que nosotros mismos. La gente que dice que es católica necesita ser honesta consigo misma y con la comunidad creyente. Necesita actuar verdaderamente como "católicos" en privado y en público, y eso incluye la forma en que toman sus decisiones políticas. Y es precisamente la labor de un pastor enseñar a los católicos su fe y animarlos a aplicarla.

--En este año de elecciones parece que habrá más debate sobre los "grandes" temas sociales que los católicos deberían considerar al votar. ¿Cómo ve esta tendencia? ¿Y cuáles ve usted que son los temas principales a los que se enfrentan los votantes católicos este noviembre?

--Monseñor Chaput: La enseñanza moral de la Iglesia no cambia, sea año de elecciones o no. Nos enfrentamos a un montón de temas importantes este otoño: la economía, la reforma de la inmigración, la guerra de Irak. Son urgentes y apremiantes, pero no puede utilizarse como una excusa para ignorar al niño no nacido.

No importa cuánto queramos taparlo con el debate sobre los "grandes temas sociales", la lucha contra el aborto sigue siendo un tema social fundamental de nuestro tiempo. No hay forma de esquivar los ingresos que genera, la brutalidad y la injusticia del aborto con un lenguaje piadoso o gestos teatrales. El aborto es un homicidio legalizado. Tiene que parar. Cualquier otro derecho depende del derecho a la vida.

--El libro está escrito principalmente para los lectores de Estados Unidos puesto que directamente habla de la Iglesia en Estados Unidos. ¿Qué puede obtener del libro los lectores de fuera del país?

--Monseñor: Chaput: Todos los católicos, dondequiera que vivan, en el país que sea, necesitan recordar que primero somos ciudadanos del cielo. Ese es nuestro hogar. Servimos mejor a nuestra nación en este mundo viviendo nuestra fe católica plena y auténticamente, y aportando nuestro testimonio católico sobre la dignidad humana de forma vigorosa a la vida política de nuestra nación.

Es necesario que dejemos de estar avergonzados de hablar y trabajar por la verdad. Podemos ser discípulos, o podemos ser cobardes. En el mundo de hoy, no hay sitio para nada más. Es necesario que elijamos.


sábado, 23 de agosto de 2008

Integración de América Latina

Uno de los temas a ser abordados desde la red es la integración económica, política, social y cultural de los pueblos latinoamericanos.
Para ello quería rescatar algunas posturas de Juan Pablo II, el Papa de nuestra generación, que no se cansaba de hablar de la globalización de la solidaridad. Cuando nos decía en su documento Ecclesia in America de que
estamos llamados "no sólo a promover una mayor integración entre las naciones, contribuyendo de este modo a crear una verdadera cultura globalizada de la solidaridad, sino también a colaborar con los medios legítimos en la reducción de los efectos negativos de la globalización, como son el dominio de los más fuertes sobre los más débiles, especialmente en el campo económico, y la pérdida de los valores de las culturas locales en favor de una mal entendida homogeneización."

El Cardenal Sodano, Secretario de Estado de Juan Pablo II en el 2001, dirigiendose a la Asamblea General de la OEA, afirmaba:

La unificación de los mercados puede ofrecer grandes oportunidades de progreso y bienestar a todos los Países del hemisferio, si la eliminación de las barreras comerciales es concebida como una consecuencia natural de la fraternidad americana, que busca sinceramente la superación de estrechos egoísmos nacionalistas, y no como una ocasión de asegurar las ventajas de los sectores económicos más fuertes.

En tal sentido, se debe insistir en la centralidad del hombre - de cada hombre y mujer singular - en cualquier proceso político o económico, como recordaba recientemente el Santo Padre, al afirmar que "el discernimiento ético en el marco de la globalización debe basarse en dos principios inseparables. El primero es el valor inalienable de la persona humana, fuente de todos los derechos humanos y de todo orden social. El ser humano debe ser siempre un fin y nunca un medio, un sujeto y no un objeto, y tampoco un producto comercial. El segundo es el valor de las culturas humanas, que ningún poder externo tiene el derecho de menoscabar y menos aún de destruir...[La globalización] Debe respetar la diversidad de las culturas que, en el ámbito de la armonía universal de los pueblos, son las claves de la interpretación de la vida..."(Juan Pablo II, Discurso a la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, 27 de abril de 2001).

La integración regional, para que sea realmente útil al progreso de la dignidad y de los derechos del hombre, e inclusive para su propia consolidación y permanencia, no puede prescindir de la constante búsqueda de las "garantías sociales, legales y culturales...necesarias para que las personas y los grupos intermedios mantengan su centralidad" y para no "destruir las estructuras construidas con esmero, exigiendo la adopción de nuevos estilos de trabajo, de vida y de organización de las comunidades" (ibid).

En fin, espero sirvan estas citas, para comenzar el debate, para que los miembros de la red comencemos a escribir en el blog como pensamos a nuestra región integrada.

Oración de Juan Pablo II a Nuestra Señora de Guadalupe

Oh Virgen Inmaculada, Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe, y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza, con el mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión, enseñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a El, mediante la confesión de nuestras culpas y pecados en el Sacramento de la Penitencia, que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos Sacramentos, que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.

Amén.

Su Santidad Juan Pablo II
México, enero de 1979. Visitando su Basilica en su primer viaje al extranjero como Papa.

viernes, 22 de agosto de 2008

ECCLESIA IN AMERICA

DEL SANTO PADRE
JUAN PABLO II
A LOS OBISPOS
A LOS PRESBÍTEROS Y DIÁCONOS
A LOS CONSAGRADOS Y CONSAGRADAS
Y A TODOS LOS FIELES LAICOS
SOBRE EL ENCUENTRO CON JESUCRISTO VIVO,
CAMINO PARA LA CONVERSIÓN,
LA COMUNIÓN Y LA SOLIDARIDAD
EN
AMÉRICA

La caridad fraterna implica una preocupación por todas las necesidades del prójimo. « Si alguno que posee bienes de la tierra, ve a su hermano padecer necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios? » (1 Jn 3, 17). Por ello, convertirse al Evangelio para el Pueblo cristiano que vive en América, significa revisar « todos los ambientes y dimensiones de su vida, especialmente todo lo que pertenece al orden social y a la obtención del bien común ».(71) De modo particular convendrá « atender a la creciente conciencia social de la dignidad de cada persona y, por ello, hay que fomentar en la comunidad la solicitud por la obligación de participar en la acción política según el Evangelio ».(72) No obstante, será necesario tener presente que la actividad en el ámbito político forma parte de la vocación y acción de los fieles laicos.
A este propósito, sin embargo, es de suma importancia, sobre todo en una sociedad pluralista, tener un recto concepto de las relaciones entre la comunidad política y la Iglesia, y distinguir claramente entre las acciones que los fieles, aislada o asociadamente, llevan a cabo a título personal, como ciudadanos, de acuerdo con su conciencia cristiana, y las acciones que realizan en nombre de la Iglesia, en comunión con sus Pastores. « . La Iglesia, que por razón de su misión y de su competencia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, es a la vez signo y salvaguardia del carácter trascendente de la persona humana »

jueves, 21 de agosto de 2008

Creación de la Red Guadalupana

En la Ciudad de Santiago de Chile, mientras 30 jóvenes latinoamericanos asistíamos al III Diplomado de Relaciones Internacionales en la Universidad Miguel de Cervantes con el apoyo de la Fundación Konrad Adenauer, surgió la idea de crear una Red de jóvenes que con vocación política, unidos por la fe cristiana tengan la esperanza de ver a América Latina desarrollada e integrada, trabajen por ello.
El blog o el grupo en Facebook, no son más que herramientas para que a través de las herramientas tecnologicas podamos permanecer comunicados.
Los objetivos de la red es fortalecer lazos de fraternidad entre los jóvenes latinoamericanos, promover una identidad regional en el proceso de integración de los pueblos.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Oración Virgen de Guadalupe

Madre Santísima de Guadalupe. Madre de Jesús,
condúcenos hacia tu Divino Hijo por el camino del Evangelio,
para que nuestra vida sea el cumplimiento generoso
de la voluntad de Dios
Condúcenos a Jesús,
que se nos manifiesta y se nos da en la Palabra revelada
y en el Pan de la Eucaristía
Danos una fe firme,
una esperanza sobrenatural
una caridad ardiente
y una fidelidad viva
a nuestra vocación de bautizados.
ayúdanos a ser agradecidos a Dios,
exigentes con nosotros mismos y llenos de amor
para con nuestros hermanos.
Amén